Merienda A La Carta: Bartola Corner | Una esquina cool y kitsch en Palermo

[Antes de comenzar esta review, les pregunto: ¿se nota que cambié de cámara?
Regalazo de mi papá, una tablet de Samsung <3].

Hace un largo, largo tiempo que tenía ganas de conocer Bartola Corner. Había ido en una única oportunidad al local que tenían antes en Nicaragua pero éste spot seguía en mi lista de pendientes. Fue así como hace dos sábados, los levantamos de una linda siesta, nos tomamos el colectivo y arribamos a Palermo. Dimos algunas vueltas y nos mandamos.

El lugar explotaba y daba la sensación de que nunca nadie iba a levantarse de su silla, que tendríamos que irnos a otro lado. Está bien, es cierto que esa zona de Palermo está lleno de hermosos lugares (que amaría reseñar también, claro) pero esa tarde queríamos ir a Bartola Corner. Punto. Y al fin nos llegó el turno.

Nos sentamos afuera y la situación se veía algo caótica. La gente entraba y salía, preguntando si había lugar, si tendrían que esperar mucho. Y, las camareras y lo mozos parecían tomárselo con calma. Porque el tema es así: vos llegás, te anunciás y, cuando se desocupe una mesa, se fijan si llegaste antes que la chica de rulos o el joven con anteojos. Si la respuesta es sí, te sentás. Pero no podés correr hacia las sillas que se van desocupando.

Finalmente, después de veinte minutos, alguien se acercó. Novio eligió Tostadas con Queso y Mermelada + un Cortado; yo pregunté si el Brownie tenía nueces (porque, como ya les conté un par de veces, no me gustan las frutas secas) y, cuando me dijeron que no, que ningún brownie tenía nueces allí, pedí eso con una Limonada de Frutos Rojos.

¿No se ve todo súper espectacular? ¡Síííí! La limonada estaba buenísima; las tostadas ni les cuento. Sin embargo, apenas corté el brownie con el tenedor, ¿qué vieron mis ojos? ¡No, una nuez, dos nueces enormes! Así que lo cambié por lo mismo que Novio porque mi intolerancia a las nueces llega a ese punto (yo no puedo separarlas porque el gusto queda, ¿me entienden? Me siento un bicho raro).

Gastronomía, arte y moda parecerían ser los tres grandes protagonistas de Bartola Corner. El lugar es lindo, es divertido, algo romántico y lleno de espacios con detalles únicos. Su propuesta incluye sándwiches, minutas, pastelería artesanal, limonadas y jugos. Hay opciones para desayunos y meriendas, pero también buenas alternativas de almuerzos y cenas (pizzas, ensaladas y más).

Cuando quisimos pagar, nos dijeron que se había roto la caja y nos trajeron el ticket en papel; tampoco se puede pagar con tarjeta de crédito (sí con tarjeta de débito). O sea que, en resumen, me parece que la calidad de los productos es muy buena y la variedad es súper interesante. Sin embargo, la atención deja mucho que desear porque, al haber tanta cantidad de gente, los pedidos son lentos y llegan tarde a la mesa. Además, están tan ocupados yendo y viniendo, llevando y trayendo cosas a medida que salen de la cocina que primero te traen la limonada, al rato las tostadas, al rato el cortado, al rato el azúcar y así.