Hace como tres años, un buen día, acompañé a Novio a hacerse una resonancia en la rodilla. Después del estudio, decidimos ir a tomar algo por la zona. En Belgrano. Y la pasamos tan lindo que siempre supe que tendríamos que volver.
Sí, efectivamente, pasó un laaargo tiempo. ¡Pero volvimos! Y ese lugar, que no tenía nombre en mi cabeza (era tan solo una esquina grande, súper luminosa y con tostadas riquísimas), no era ni más ni menos que una de las tantas sucursales de La Argentina. Según vi en su web, están hace más de cien años en el barrio y, aunque comenzaron vendiendo productos únicamente, hace un tiempo ofrecen el servicio de cafetería. Y, déjenme decirles, es muy bueno.
Así fue cómo, luego de un paseo por el Barrio Chino y algunas pequeñas compras (anotadores, lápices, cuadernitos y agujereadoras divertidas de esas que usábamos en los años 90), llegamos a La Argentina para una rica merienda.
Esta vez no quise innovar y recordando las exquisitas Tostadas con Queso y Mermelada que había probado aquella vez, elegí ir por lo mismo. Tres años es mucho tiempo. Sepan que, una vez más, no me defraudaron. Lo acompañé con una Lágrima Doble, como es costumbre cada vez que opto por alguna bebida caliente. Novio, mientras tanto, se premió (no entendí bien por qué) con dos Medialunas Chicas con Jamón y Queso, a las que le sumó un Café con Leche.
¿Entienden ahora cómo fue posible que La Argentina perdurara durante más de un siglo? Solo quiero decirles que después de probar esto, tengo la necesidad física de visitar todas las sucursales. Es así. Pero ahí no termina la experiencia.
Después de pagar y levantar los bártulos chinos, nos acercamos al otro sector del local. Baguettes de aceitunas, cantimpalo, cebolla y jamón y queso; chips, bollitos de salvado y centeno; sándwiches y bocados gourmet (como rosetas de peceto, lechuga y tomate, locatelis de lomito y tomate o trencitas de sésamo, jamón crudo y queso); y, por supuesto, opciones dulces como Cheesecake de Frutillas o Limón y otras de la casa como Porteña (bizcochuelo de chocolate, dulce de leche, nueces, chocolate y merengue) o Lara (bizcochuelo de chocolate relleno con dulce de leche, cubierto por crema batida y trozos de chocolate). Wow. Dios mío.
Nosotros nos llevamos una tarta (por supuesto, también tienen de esas, ensaladas, y otras variedades para comer al paso), una baguette de cebolla y otra de orégano. Pero me quedé con las ganas del famoso English Breakfast de Twinings.
Seguramente ya conocen La Argentina, entonces, quiero saber: ¿qué les parece su panadería y pastelería? Tanto lo que merendamos ahí como lo que nos trajimos a casa para picar y cenar fue muy, muy bueno. Esperamos ir por algo redondo y dulce la próxima, no sé si me explico :)
Ubicación: Muy buena. | Ambientación: Linda. El salón es súper amplio y no hay muchas mesas; los mostradores de cosas para llevar están a la vista pero, ¡ojo! Ya no es autoservicio así que "No tocar, por favor". | Servicio: Correctísimo. | Calidad: Maravillosa, sin duda. | Precio: $50 por persona. | Puntaje: 7.
Dirección: Amenábar 1501, esquina Virrey Olaguer y Feliú (ver mapa), pero hay más sucursales.
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